La medicina, las máquinas, son importantes, pero es esencial el factor humano, esa presencia, ese calor que, desde el respeto, matizamos como manestesia.
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DEJA VU
Deja Vu”, una probablemente falsa impresión de conocer lo que ha sucedido, un cruce de cables, un cortocircuito en la red de una inteligencia artificial.
Esperanza de vida, esperanza debida
«Hemos aprendido que no solo basta con una esperanza de vida en la que hablemos de duración, sino también de calidad de los años por vivir».
Aplastamiento vertebral
La columna vertebral, denominada así en clara referencia a las estructuras arquitectónicas que soportan los edificios, las creencias y la cultura, es una estructura muy compleja…
Otro viernes de Dolores
Se han escrito multitud de documentos estudiando cómo pudo ser el tormento de Jesús y en todos se destacan las innumerables causas de dolor, de padecimiento.
Las 5 «eses» del método japonés del éxito
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DISCOLISIS
La discolisis consiste en la punción en el centro del disco, en el núcleo pulposo, con una aguja que administre…
LA TIERRA TEMBLÓ
La construcción de nuestra cultura y de su relato histórico, la venimos haciendo contemplando a nuestra especie como la cumbre de la creación, lo más valioso y lo más importante, lo más noble.
El ser humano, por su inteligencia, viene describiendo la naturaleza como algo referido a sí mismo, algo que le da contexto, que le rodea, como si hubiera dos realidades: la realidad humana y el resto de la naturaleza.
Y este homocentrismo también ha sido cultivado por las religiones y el resto de los aspectos de la cultura y de la ciencia.
Sin duda, los seres humanos somos los más capaces de imponer nuestras necesidades y nuestra voluntad al resto de las especies y somos capaces de modificar la naturaleza hasta el extremo de ponerla a nuestro servicio, pero en ocasiones la naturaleza da un golpe sobre la mesa y nos pone en nuestro lugar como diminutas y frágiles figuritas sobre un gigantesco tablero.
La naturaleza, cuyas reglas conocemos solo parcialmente y estamos muy lejos de gobernar en estos días pasados, se ha revelado con toda su fuerza, haciendo saltar hechas pedazos muchas de las obras del hombre y miles de vidas humanas en el extremo oriente del Mediterráneo.
El Mediterráneo, el Mare Nostrum, de Algeciras a Estambul, que une nuestros deseos y nuestra cultura desde tiempos ancestrales y que ha servido para transmitir el conocimiento y la riqueza, en este caso nos transmite la pena y la desesperación. Parafraseando a la cultura de las galaxias, “hemos percibido una enorme perturbación en la fuerza”.
El dolor, la muerte, la angustia, la desesperación, la tristeza, la soledad, el desánimo se unen en un escenario de destrucción dantesco que recuerda al de las imágenes apocalípticas en la posguerra mundial en Japón: la fuerza desencadenada en este terremoto puede ser superior a 500 bombas atómicas.
Y es que la Tierra, cuando tiembla, libera energías cósmicas, telúricas, atómicas, y arrastra al abismo a todo lo que haya en ellas sea vivo o inerte, sea humano o animal, sea masculino o femenino, ninguna categoría se salva.
Sin embargo, y como siempre de cualquier situación por dramática que sea, se pueden extraer conclusiones positivas, en este caso es la enorme ola de solidaridad, el tsunami de trabajadores de la salud, de la construcción, servidores públicos, civiles y militares, miembros destacados de la sociedad, de la humanidad.
Entidades públicas y privadas, de múltiples nacionalidades y creencias, armados de palancas, grúas, jeringuillas, picos y palas, y de sus propias manos desnudas, están tratando de rescatar las vidas que agonizan bajo los escombros y tratando de consolar y reconstruir las ruinas que ha dejado el desastre.
Si estas fuerzas desatadas del bien las empleáramos regularmente en el mantenimiento de las infraestructuras básicas, en muchos países olvidados de la mano de dios, estas catástrofes tendrían mucha menor magnitud, y eso lo podemos ver en países con enorme tradición sísmica, como Japón, que, aunque no están exentos del riesgo, están más protegidos de sus consecuencias.
Muchísimas gracias, de todo corazón, a esos voluntarios y a esos trabajadores, que están luchando a brazo partido por defender la dignidad humana y que son el espejo en el que queremos reflejarnos todos, y desde aquí, todo nuestro apoyo y solidaridad a los damnificados.
SIGNO DE TINEL
El Signo de Tinel es una prueba consistente en impactar o comprimir de una forma progresivamente intensa el trayecto del nervio mediano a la altura de la muñeca.
RELAJANTES MUSCULARES
Los relajantes musculares tienen una acción sobre el sistema nervioso y la activación muscular.