En esta época oscura en la que vivimos se hace muchas veces difícil, por no decir imposible, conseguir la solidaridad de los demás en proyectos propios o en otros comunes.

Los esfuerzos colectivos que necesita la sociedad muchas veces parecen responsabilidad exclusiva de los promotores o de los responsables, como si el conjunto de la ciudadanía no estuviera implicado.

Desde todo lo que afecta a las normas de urbanidad, respeto de las reglas de circulación, de la limpieza y el orden, del seguimiento de las recomendacio-nes o de los horarios, nadie o casi nadie parece estar dispuesto a “arrimar el hombro”, expresión que da título a este blog y que demuestra la implicación personal y el aporte de energía en primera persona para movilizar una carga.

El hombro es una articulación muy compleja con enorme movilidad, con multitud de engranajes participando de su estructura y función que le hacen también diana de muchas lesiones, dolor de hombro, afectación del manguito de los rotadores, calcificaciones o tendinosis de los tendones, roturas o daños en el tendón del bíceps, omalgia, luxaciones y hombro de nadador.

Cuadros todos ellos relativamente frecuentes y que, como de santa bárbara nos acordamos cuando truena, cuando llega el buen tiempo y la temporada de baño o todos los días del año si se padece una lesión crónica o se dedica uno a actividades que comprometen el hombro, como el deporte de competición.

En 1974, Kennedy y Hawkins acuñaron el término “hombro del nadador” como un síndrome doloroso del hombro en nadadores por pinzamiento o impacto de sus estructuras internas. El dolor genera alteración funcional y pérdida de capacidad y la consiguiente limitación para la competición. La  técnica de nado: movimientos, cadencia, arcos de movimiento y las características físicas del deportista: la cabeza adelantada, los hombros rebajados y un aumento de la cifosis en tórax, son factores que pueden facilitar su aparición.

Otra causa sería la sobrecarga repetitiva de la musculatura rotadora, que provoca laxitud capsulo-ligamentosa en el resto de estructuras, que lleva primero a inestabilidad articular y después a tendinosis del manguito de los rotadores. Esta junto al el pinzamiento del tendón del músculo supraespinoso, son las causas más comunes de este dolor.

La incidencia de lesiones en el manguito de los rotadores aumenta con la edad y puede provocar dolor directamente, por esta razón se piensa más que es el tendón enfermo el responsable del dolor.

Durante los entrenamientos, la repetición del movimiento de aducción y rotación interna, crea desequilibrios de fuerza en relación a sus antagonistas, sobre todo entre rotadores internos y externos, que tienen especial importancia en la estabilidad y movilidad glenohumeral.

Es por ello, que se cree que la debilidad y desequilibrio del manguito de los rotadores y musculatura del hombro pueden ser posibles razones del dolor de hombro en nadadores de competición. La fatiga, puede contribuir a que se produzca una cinética incorrecta que se compensa, con otras partes del cuerpo.

Aunque se emplee este término está claro que nadadores de todo tipo y otros deportistas como jugadores de voleibol o tenistas pueden desarrollar un cuadro semejante.

El diagnóstico mediante una exploración y la ecografía o la RNM pueden confirmar nuestra sospecha clínica, pero ¿qué podemos hacer después?

La potenciación específica de los rotadores externos es una estrategia que contribuye al rendimiento y reduce el dolor de hombro, entre otros factores preventivos y terapéuticos, es decir, adecuar la actividad y su desempeño adaptando la física al ser humano, en concreto, es el primer paso.

En cuanto al tratamiento analgésico, la combinación de terapia física, manipulación, magnetoterapia, onda corta u ondas de choque en el caso de calcificaciones se acompaña de pautas de antiinflamatorios como el ibuprofeno o etorecoxib, analgésicos como el paracetamol o el tramadol y bloqueos analgésicos intraarticulares o radiofrecuencia de las estructuras nerviosas implicadas, especialmente el nervio supraescapular o el axilar.

El dolor relacionado con una actividad requiere entender en primer lugar la causa y posteriormente tratarla. Todo el mundo puede padecer dolor tras un esfuerzo y la clave para su tratamiento consiste en acomodar el esfuerzo a la capacidad.

Recuerden, este verano arrimen el hombro para ayudar a sus semejantes y si van a zambullirse, precaución, a fin de evitar traumatismos fatales, incluidos en el hombro ¡Felices vacaciones!

Publicado por Dr. Alfonso Vidal

Director de las Unidades del Dolor del Hospital LA LUZ (Madrid) y del Hospital SUR (Alcorcón, Madrid). Grupo QUIRÓNSALUD Profesor de Dolor en la Univ. Complutense Madrileña

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