Decíamos ayer…que la moral y la ética, en sus múltiples acepciones, han llenado millones de páginas de la historia del pensamiento humano.
Qué es lo correcto, lo adecuado o lo torcido, lo incorrecto, lo siniestro…ha sido controvertido a lo largo del tiempo, aunque con algunas constantes que se han mantenido por pura lógica, sentido común, necesidad o imperativo legal, según las circunstancias.

De los pensadores más reputados que han dado respuesta a esta pregunta, destaca Platón por múltiples razones, entre ellas el rigor de sus argumentos, el peso de la cultura griega en nuestra cultura y la absorción de parte de su pensamiento por parte de la doctrina cristiana, que también ha pesado y sigue pesando en nuestra manera de convivir y nuestro orden de valores.
Platón, filósofo griego (428-348 a de C), fundador de la Academia ateniense, autor de múltiples escritos, entre ellos sus diálogos, en los que va dando forma a sus postulados sobre las virtudes, algunos tomados de Sócrates, su mentor, pero muchos otros de su propia cosecha, fue uno de los fundadores del pensamiento occidental que ha regido gran parte de nuestras normas desde su época hasta la actualidad.
Nos habla de las virtudes en Diálogos, en Laques sobre la valentía o el valor, sobre la fortaleza.; en Protágoras sobre el conocimiento, la prudencia, que señala puede ser enseñada; el Gorgias sobre la justicia; en Menón de nuevo sobre el conocimiento; y de nuevo en la Republica hablará en ellas incluyendo la prudencia y la templanza.

En la Republica describe que la sabiduría, la prudencia, es la virtud de la parte más racional del hombre mientras que la fortaleza lo es de la parte más enérgica o vehemente, y la templanza, es el equilibrio entre las dos anteriores, pero bajo el control de la razón. La justicia seria la virtud responsable de que cada parte del hombre realizara su función de una forma ordenada y armónica.
La oportunidad de este homenaje a tan ilustre pensador es la plena vigencia de muchas de sus reflexiones en nuestro mundo actual, especialmente en los tiempos convulsos que vivimos.
La moral y la virtud, como indica Platón, deberían ser la norma individual y colectiva que rigiera nuestro comportamiento y nuestras relaciones en lo pequeño y en lo grande, en lo individual y en lo colectivo.
El conocimiento y la prudencia deberían ser los elementos centrales de nuestras razones, atemperando pulsiones de otro tipo y enmarcándose en una justicia universal que distribuyera de forma correcta recursos, oportunidades y responsabilidades.
Sin embargo, siguiendo la letra del tango, el siglo XX y también el XXI, son un cambalache en los que parece valer lo mismo el esfuerzo y el mérito que la casualidad, el oportunismo o el exhibicionismo que algunos exhiben sin pudor por mor de algunos medios de difusión.
Se hace necesaria una reflexión serena y profunda sobre la manera en la que se han hecho relevantes las actitudes insensatas o extravagantes por el mero hecho de ser atípicas o llamar la atención.
El esfuerzo, el trabajo, parecen haber pasado de moda y nuestros hijos no quieren ser buenos profesionales y adquirir la relevancia por su trabajo, prefiriendo tomar ese atajo de la influencia y el postureo.
Claro que hacen falta ejemplos a seguir, pero estos deberían ser, como dice Platón, virtuosos si no nos quedaremos en la caverna otros 2000 años a la espera de algún nuevo pensador que nos permita volver a tomar las riendas de nuestro destino ¡Feliz reencuentro!
Buena reflexión Alfonso, te deja realmente pensando.
Feliz semana
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Las virtudes son esos valores exclusivos de los seres humanos que nos hacen ser mejores personas
Me gusta el papel que describes de la templanza como equilibrador de la razón (prudencia) y la pasión (fortaleza)
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