Fiesta es un término que abarca a todo evento o celebración realizado de forma colectiva, donde los participantes comparten y disfrutan juntos con motivos lúdicos que les unen.

La palabra “fiesta” tiene origen latino, procede del vocablo festa e implica un acontecimiento especial, muchas veces relacionado con los mercados o las ferias, con la que comparte etimología.

Desde un punto de vista social y en un entorno como el nuestro, fiesta se ha convertido en una especie de antónimo de trabajo, con independencia de la razón por la que celebremos ese acontecimiento. Hablamos de día de fiesta en los fines de semana, puentes, vacaciones anuales y naturalmente, las fiestas locales, de patronos, días regionales o fundacionales.

No es incorrecto, no en vano, yo no estoy contra las fiestas, pero el trabajo, y más en los tiempos que corren, es motivo de celebración y en nuestro caso, el trabajo con dedicación a otros, es motivo de celebración y de orgullo.

Qué mejor fiesta que la de ver cómo tus consejos o trabajos suponen un beneficio, mejoría o incluso cura de un semejante necesitado. Por eso considero que nuestro trabajo es una fiesta, aunque pudiera parecer un oxímoron.

La fiesta nacional de España, el 12 de octubre, viene a recordar muchos de los lugares comunes que compartimos los nacidos en este país y muchos otros.

El hecho de elegir un día como el 12 de octubre, con una simbología de expansión hacia el continente americano, creo que refleja la generosidad de nuestro pueblo mientras otros países como Francia o los Estados Unidos celebran su fiesta nacional como la exaltación de su propia identidad e independencia, en España lo celebramos en un gesto de apertura.

Aquel momento en el que se pronunció la palabra “tierra” convirtió, como por arte de magia, a aquellos lugares en parte de nuestro mundo, no es que lo descubriéramos, sino que los incluimos en nuestro mundo conocido, pasando a compartir nuestra historia desde entonces, con sus luces y sombras.

La fiesta nacional debe ser la fiesta de todos. Debe reflejar todos nuestros logros y también los retos pendientes. Debe suponer la exaltación de las personas que con su esfuerzo nos han ayudado a llegar hasta aquí y a seguir avanzando.

Nuestra identidad se fundamenta no solo en Viriato o los cartagineses, sino en los romanos que los desplazaron; en los diferentes pueblos godos y sus reyes de nombres impronunciables; en los árabes de varias familias que matizaron nuestra cultura y preservaron otros saberes históricos; en los artices de la unificación en un estado único (es verdad que a golpe espada) …

Pero también pintores de cámara o de batallas; escritores de comedias o tragedias o de novelas universales; y ciudadanos de a pie, porque nunca hubo suficientes caballos para todos; los navegantes marítimos u oceánicos, etc.

Desde este foro, cuando pienso en la fiesta nacional, pienso en lo necesario que es el homenaje a los trabajadores que, de una forma abnegada, vienen sosteniendo nuestra forma de vida y nuestro país.

Quizá, además de un desfile de los servidores públicos de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, deberían desfilar los trabajadores de la limpieza, los controladores aéreos, los profesionales de la salud, los periodistas, los escritores, los cineastas, etc., para que los ciudadanos pudiéramos aplaudir a su paso, el trabajo que realizan.

Nuestra identidad es el fruto del esfuerzo durante muchos siglos de trabajadores, de artistas, de pensadores y observadores, de gobernantes que han aprovechado este espacio de convivencia y este instrumento, que es nuestro idioma para hacernos más llevadero a todos el día a día, abriéndolo a todos aquellos que han querido incorporarse a compartir con nosotros su esfuerzo y nuestra cultura, convirtiendo todo ello en nuestra herencia patrimonial.

Bienvenidos los días de fiesta, bienvenidas las celebraciones que nos ayudan a tomar energía para seguir adelante.

Publicado por Dr. Alfonso Vidal

Director de las Unidades del Dolor del Hospital LA LUZ (Madrid) y del Hospital SUR (Alcorcón, Madrid). Grupo QUIRÓNSALUD Profesor de Dolor en la Univ. Complutense Madrileña

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