En nuestro mundo actual tenemos remedio para casi todo. No es que las soluciones sean infalibles, sino que, con los años, se han ido divulgando, haciendo que lo que podían ser estrategias individuales o locales, se extienden a toda la población y, por tanto, se conviertan en soluciones globales.

Lo mismo que existen manuales para mejorar el comportamiento, para adaptarnos al protocolo, mejorar las competencias en un idioma o manuales de buena educación, que enseñan a comer o a sentarse en presencia de personas respetables, existen manuales de buena compostura, nunca mejor dicho: manuales que nos enseñan la manera en la que podemos corregir nuestra tendencia o nuestra actitud postural y mejorar nuestra salud.

Uno de estos métodos es el método FUKUTSUDZI, creado para aliviar la zona lumbar realizando estiramientos de la espalda y, de esa manera, conseguir mejorar la posición de la columna vertebral.
Es un método sencillo que propone un entrenamiento de no más de cinco minutos al día para mejorar el estado de la espalda y no solo eso, también se puede conseguir reducir la grasa abdominal y por tanto tener un vientre más plano, algo que muchos pacientes anhelan tanto o más como reducir su dolor.

Sin duda, como la mayor parte de los procedimientos físicos, necesitan continuidad en su realización. Se consigue más con constancia que con mérito y, como decía la Premier Margaret Thatcher del imperio británico “…precisa tanto tiempo como un trasatlántico para cambiar de dirección…”

Para realizar este tipo de ejercicios, apenas es necesario utilizar una esterilla y una toalla o alfombra, con la que haremos un rodillo, aunque también podemos emplear rodillos ya preconfigurados que actualmente están accesibles en muchos centros de material deportivo. Nos colocaremos primero sentados y después tumbados sobre ese rodillo situado a la altura de la cadera, perpendicular al eje de la columna vertebral, a la altura del ombligo.

Posteriormente, separaremos las piernas, aunque no con mucha distancia, para permitir que los primeros dedos, los dedos gordos de nuestros pies, puedan tocarse al flexionar hacia dentro ambas extremidades.

Por último, tendremos que elevar las manos sobre nuestra cabeza, de manera que se puedan colocar las palmas en el suelo y hacer que los dedos meñiques se puedan tocar entre sí.

Una vez alcanzada esta postura, la mantendremos tanto tiempo como sea posible. Quizá inicialmente no podamos llegar a los quince minutos recomendados, incluso si somos capaces, puede que podamos mantenerla más tiempo. No parece complicado y puede ser muy eficaz, según el Dr. Fukutsudzi.
Las estrategias para mejorar las posturas y la ergonomía, la corrección de los esfuerzos y el estilo de vida, forman parte de las recomendaciones generales complementarias para el alivio del dolor. Con un gesto tan simple podemos conseguir, en el medio y largo plazo, mejorar nuestros problemas lumbares y reducir el dolor.

A veces, lo más simple puede ser lo más eficaz, por lo que merece la pena hacer un esfuerzo de entrenamiento, buscando este tipo de posturas.
Ni este método es milagroso ni es incompatible con la realización de otros ejercicios y estrategias de alivio, aunque el esfuerzo personal y el compromiso del paciente es imprescindible para el alivio del dolor.
