Desde nuestro punto de vista, subjetivo y también por qué no decirlo, interesado, la anestesia es uno de los inventos que ha modificado el curso de la historia de la humanidad.
La posibilidad de remedar al creador y sumir en “un profundo sueño” a aquellos a los que les vamos a hacer la extracción de una parte sustancial de su organismo, o vamos a reemplazar alguna de sus piezas por otras, orgánicas o inorgánicas, es algo que incluso dedicándonos a esto, seguimos considerando prácticamente un milagro.

Pero no lo es, es la consecuencia del conocimiento de la fisiología, de los mecanismos de control y mantenimiento de la conciencia, de la percepción del dolor y del control del tono muscular o de la homeostasia.
La anestesia es un procedimiento médico, que refuerza la seguridad del paciente, basado en el conocimiento científico y administrado por profesionales de la máxima competencia.

Hace algo más de 30 años irrumpió en el mundo clínico el propofol como nuevo agente inductor anestésico, con unas propiedades excelentes de facilidad de uso, de seguridad, de rapidez en la recuperación, con apenas algunas incomodidades, como son el hecho del dolor a la inyección y los pequeños movimientos o mioclonías que pueden acompañar a su uso.
Este medicamento ha ocupado la práctica totalidad del espectro de utilización en la inducción y mantenimiento anestésico en nuestro mundo actual siendo el “gold estándar” del manejo anestésico y sedativo en todos los campos y procedimientos.

Pero recientemente los científicos han dado una vuelta más a la tuerca, modificando la molécula del propofol y añadiéndole un anillo funcional formado por tres átomos de carbono (el ciclopropilo), lo que ha convertido a la sustancia en mucho más potente, con una unión al receptor del ácido gammaaminobutírico A (GABA A) más intensa y con menos dolor a la inyección. En suma, un modelo de medicamento muy perfeccionado.

Es una vuelta de tuerca por la mejoría de la sustancia y también por el origen de la investigación, procedente del gigante asiático, China. Cada vez más se está convirtiendo en un referente de capacidad, no solo de capacidad de producción industrial y control de costes, sino también en excelencia en investigación y desarrollo, con algunas presuntas sombras, como la del origen del virus que desencadenó la pandemia del coronavirus.

Probablemente, Napoleón Bonaparte, cuando afirmó “China es un gigante dormido. Dejadlo dormir porque, cuando despierte, el mundo se sacudirá” estaba en lo cierto y está comenzando a suceder, esperemos que sea para bien de todos.

El CIPROFOL (HSK3486) fue desarrollado por Haisco Pharmaceutical Group Co., Ltd. (Chengdu, China) y publicado en 2017 por primera vez (1), produce una anestesia y sedación semejante a la del propofol, pero con un tiempo de latencia más corto, con una profundidad semejante, utilizando una dosis menor.
Esto también es relevante por otro detalle. El excipiente graso que emplea el propofol acaba produciendo un incremento de los triglicéridos cuando se usa de forma sistemática en sedación mantenida en unidades de cuidados críticos.
Dadas las características químicas de esta sustancia, precisa de menos lípidos para mantenerse estable en solución, lo que mejora el balance calórico en su utilización de forma mantenida.

Este avance, esta innovación, viene a reforzar el trabajo de los profesionales de la anestesia, aportando una herramienta que va a permitir mejorar la calidad y también la seguridad, reduciendo los efectos indeseables.
Todavía le queda un recorrido para su aprobación en nuestro país, y probablemente completar el proceso de investigación, ampliando los casos y el seguimiento con muchos más pacientes en muchas situaciones distintas.

Bienvenida la innovación y la tecnología, vengan de donde vengan, pero es un aviso a navegantes. El dueño de las patentes será quien imponga las condiciones de uso y el precio. Veremos si este fármaco y su distribución no se ve afectado por las tensiones arancelarias que actualmente gobiernan las relaciones de todo el mundo.
(1) Zhang C., Li F. Q., Yu Y., et al. Design, synthesis, and evaluation of a series of novel benzocyclobutene derivatives as general anesthetics. Journal of Medicinal Chemistry. 2017;60(9):3618–3625. doi: 10.1021/acs.jmedchem.7b00253.
