En muchas ocasiones hemos oído, incluso hemos repetido, que…” todas las cosas se inventaron en China hace por lo menos 1000 años” … y, de algún modo, este escrito pretende corroborar esa afirmación, aunque con algunas matizaciones.

La medicina tradicional china recoge en sus compendios multitud de remedios y soluciones basados en el conocimiento empírico, que no en la evidencia científica, que ha sobrevivido hasta nuestros días después de cientos de años de experiencia.

El opio, el cannabis, el ginseng, la Cúrcuma, la canela,… ya se empleaban en el pasado con un razonable éxito y el remedio del que vamos hablar, también era conocido y empleado, aunque ha trascendido el ámbito Oriental para instalarse en nuestra sociedad.

El Kratom es un preparado herbal, derivado de las hojas de la mitragina speciosa, una planta tropical relacionada con la del café, endémica en el sudeste asiático.

La planta tiene unas hojas verdes alargadas rayadas, y crece de forma espontánea en zonas con un clima subtropical en países como Vietnam o Tailandia.

El extracto de hojas puede producir un efecto similar a los opioides y a algunos estimulantes, no encontrándose completamente definida su utilización o la limitación de su uso.

En algunos países, se ha empleado como posible estimulante y también como coadyuvante para tratar los síntomas de abstinencias a drogas o en relación con intolerancia a los opioides.

De hecho, una parte de su reciente atención tiene que ver con la epidemia de sobredosis de opioides, por lo que las autoridades farmacéuticas norteamericanas están valorando su posible uso terapéutico.

El uso tradicional en aquellos países ha sido para tratamiento del dolor crónico, para la fatiga, incluso para la disfunción sexual, y la manera tradicional, como no podía ser de otra manera, ha sido masticar hojas, lo que puede mejorar el ánimo y la energía.

El efecto comienza a los 5 a 10 minutos de la administración oral, pudiendo prolongarse hasta 5-6 horas, siendo su intensidad dependiente de la dosis empleada: la dosis va de 2 a 6 gramos por vía oral.

La dosis baja (menos de cinco gramos) produciría efecto más bien estimulante y a dosis mayor, un efecto mucho más parecido a los opioides: analgesia, somnolencia, estreñimiento, etc.

Los efectos secundarios relacionados con el uso del Kratom por vía oral, han sido náuseas, sequedad de boca, vómitos, sudoración, pérdida de apetito, alucinaciones…

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La seguridad de este producto todavía no está demostrada, lo que hace que tengamos que plantear todas las dudas y aconsejar toda la prudencia en el contacto con una sustancia que en algunos estudiosos se ha comportado de manera muy semejante a los opioides, produciendo un cierto grado de adicción y un cierto efecto de abstinencia en el momento de retirarlo, probablemente porque su acción se produce sobre los mismos receptores opioides que los mórficos.

El lugar de acción del efecto farmacológico parece situarse en los receptores opioides Mu, aunque su estructura molecular no es igual a ellos, puede tener un efecto semejante., en algunos casos, superior a la morfina, incluso un derivado la 7-OH-mitragina, puede ser hasta 13 veces más potente que la morfina.

La investigación podría desarrollar en el futuro sustancias derivadas que fueran alternativas analgésicas a ciertos medicamentos que tienen sus limitaciones, como son los derivados de la morfina.

Es preocupante que sea una sustancia que puede conseguirse de una forma no muy complicada en muchos países del mundo, incluso online, por lo que las autoridades se plantean la restricción a su acceso y comercialización.

Como hemos planteado cuando hablamos de otras sustancias herbales, comercializadas de una forma no elaborada, nos surge la duda de la cantidad exacta de principios activos que se administra cada vez.

Tampoco conocemos muchas veces el país de origen, los controles en el proceso de cultivo y elaboración o la presencia de otro tipo de sustancias contaminantes, desde hongos a metales pesados.

Entendemos que debe existir una razonable regulación y control; que los preparados deben estar de testados y, si plantea cualquier duda, requerir prescripción facultativa.

Sería muy interesante tener alternativas al uso de opioides, especialmente cuando existen alergias o intolerancias de otro tipo, y quizá esto pueda abrir una línea terapéutica nueva que en el futuro podamos utilizar de una forma regular, comprándolo en las farmacias. Mientras tanto, una vez más, debemos aconsejar la prudencia y consultar siempre con profesionales sanitarios.

Publicado por Dr. Alfonso Vidal

Director de las Unidades del Dolor del Hospital LA LUZ (Madrid) y del Hospital SUR (Alcorcón, Madrid). Grupo QUIRÓNSALUD Profesor de Dolor en la Univ. Complutense Madrileña

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