Desde la introducción de la coagulación del Ganglio de Gasser en el tratamiento de la Neuralgia de Trigémino por parte de Kirschner en 1931, las técnicas de termocoagulación mediante radiofrecuencia han ido abriéndose camino en los tratamientos en patología dolorosa y en muchas otras.

La radiofrecuencia consiste en la utilización de una corriente eléctrica que circula desde un electrodo activo, una aguja aislada en su mayor parte y solo conductora en el extremo distal, y un electrodo neutro adhesivo colocado a distancia sobre la piel de uno de los miembros no afectos del paciente.

La corriente que se produce genera un campo eléctrico alrededor del electrodo activo que produce la movilización iónica de los tejidos circundantes. Dicha movilización intensa genera un efecto de fricción que, en última instancia, produce calor. Un calor controlado, predecible, relacionado con el voltaje empleado y localizado en la proximidad de la punta del electrodo activo, en un campo más o menos esférico u ovoide de 3 mm de radio.

Por tanto, tenemos un dispositivo que produce un cierto calor localizado, más o menos predecible ¿Cómo podemos aplicar esto al tratamiento del Dolor?

El calor se viene empleando como medida terapéutica y, en particular, para aliviar el dolor desde que el hombre fue consciente de su existencia y desde que fue capaz de gobernar sus propiedades. Así por ejemplo, la medicina tradicional china tiene en la moxibustión, el calentamiento con cigarros de artemisa de puntos específicos de la anatomía, una de las técnicas terapéuticas más importantes. También es conocido el hábito de tomar sopa por sus cualidades para calentar y tonificar el cuerpo, que tanto repetían las madres.

La novedad de la radiofrecuencia consiste, sobre todo, en su utilidad para tratar afecciones nerviosas o dolor a varios niveles mediante la interacción sobre la función nerviosa.

El mecanismo de acción, que permite que una lesión destructiva se convierta en una neuromodulación nerviosa, es el conocimiento de la respuesta de las estructuras nerviosas a diferentes temperaturas.

A 42º C la acción de la radiofrecuencia solo afecta las fibras más periféricas de los nervios mixtos y las fibras más finas (fibras C) de los nervios sensitivos. El resultado es una modificación de la percepción del dolor, reducción drástica, sin afectar la función motora o de otro tipo. A 70ºC u 80ºC la acción es 100% destructiva y la lesión es completa.

Con estas premisas, disponemos de una herramienta con un gran poder modulador de dolor aplicado directamente sobre nervios sensitivos o mixtos y de un gran poder neurolítico si pretendemos impedir la sensibilidad de estructuras o ramos terminales de los que se pueda prescindir.

Nos faltaría un último elemento para comprender la rápida popularidad de estas técnicas: precisar las estructuras por navegación en el interior de los organismos con sistemas de localización de imagen en tres dimensiones, es decir, la radioscopia y más recientemente la ecografía.

Tenemos un arma de precisión que puede disparar munición de calibre fino o grueso y podemos localizar con exactitud el sitio puntual de impacto. Visto así, nuestro enemigo, el dolor, tiene un grave problema.

Esta estrategia es tremendamente eficaz en patologías dolorosas bien localizadas con una irradiación a tejidos vecinos escasa y dependiente de ramos nerviosos concretos.

La rizólisis de facetas lumbares o del ramo medial de la raíz dorsal que los inervan es un buen ejemplo. Las facetas cervicales también se benefician de esta técnica, si bien la localización puede ser más compleja al ser la diana más pequeña y, en general, encontrarse las estructuras anatómicas casi siempre dañadas y las referencias de localización muchas veces alteradas.

El riesgo de generar un daño sobre nervios sensitivos o motores y producir paresias o anestesia dolorosa debe hacernos aquilatar al máximo la precisión de uso.

La utilización de radiofrecuencia pulsada que no sobrepasa los 42º y que modifica, sin lesión alguna, las raíces nerviosas, la convierte en técnica de elección en patologías dolorosas relacionadas con daño nervioso, como neuralgias y componentes radiculares de patología mixta. Además, permiten un gran beneficio en la actuación sobre lesiones que en el perioperatorio pueden acompañarse de dolor severo, como la patología de hombro.

Este conocimiento nos ha permitido generalizar su uso a otras articulaciones como codos, rodillas o caderas; en partes blandas como epicondilitis, trocanteritis, fascitis plantares; alteraciones musculares como síndromes piramidales con un resultado excelente.

Incluso la aplicación de radiofrecuencia radicular desde el espacio epidural mediante catéteres de epidurolisis, ha permitido una mejoría sustancial de cuadros antes difícilmente controlables con la inyección de anestésicos locales y esteroides.

La Radiofrecuencia se ha convertido por eficacia en una nueva palabra mágico-terapéutica, como lo es el láser, cargado de simbolismo de progreso, eficacia y modernidad de cara al paciente, y de reputación y profesionalidad de cara al médico. Pero la radiofrecuencia sola no es más eficaz que los paños calientes. Lo realmente complicado, como en el chiste de la avería del coche y el mecánico, saber qué tornillo es, dónde se encuentra y si hay que aflojarlo o apretarlo.

Es la pericia del profesional en el diagnóstico y la realización de la técnica en el sitio y medida precisa, lo que completa la eficacia de un procedimiento, útil para esta terapia y para muchas otras, como blefaroplastias, tratamientos de miomas o de metástasis en órganos sólidos, como el hígado.

Nuestro campeonísimo Rafa Nadal, tras alcanzar su 14º entorchado de Roland Garros, ha reconocido en rueda de prensa que ha jugado infiltrado desde la 2ª ronda del torneo galo, cuando apenas podía andar, sometiéndose a “bloqueos nerviosos con anestésicos”, presumimos que le pudieron aplicar L-bupivacaína, fármaco cuyos efectos rondan las 4 horas.

Pero como su vida continua tras el grand slam francés, se va a someter a Radiofrecuencia Pulsaba (RFP), una técnica invasiva para aliviarle el dolor superior a la RF Indiba Activ no invasiva que ya le aplicaron desde 2014 para acelerar la cicatrización de sus lesiones. Esperemos que el tratamiento dé buen resultado y tengamos Nadal para rato.

Publicado por Dr. Alfonso Vidal

Director de las Unidades del Dolor del Hospital LA LUZ (Madrid) y del Hospital SUR (Alcorcón, Madrid). Grupo QUIRÓNSALUD Profesor de Dolor en la Univ. Complutense Madrileña

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6 comentarios

  1. ¡Buenos dias! Que bueno que existe esta especie de magia técnica y la precisión y pericia del médico para erradicar esos dolores no sé si solo causado por el deporte, lo inimaginable es como se ha podido llegar ahí al conocimiento de que esa fricción produce un calor que alivia esa afección nerviosa, bueno eso he entendido y es que escribiendo no puedo repasar lo leído y sacar una sentitisacion jajaja me rio porque no sé si está bien dicha la palabra pero creo que me hago entender.
    Son muchos conceptos para esta pobre mortal y anonadada me quedo que desde 1931 ya existían metodologías y yo si ni es por su blog ni me entero.
    ¡Enhorabuena por este post! Por compartir en el blog y por supuesto grande Nadal ( hoy,mañana y siempre) 👏. Tenía algunas dudas y preguntas pero se me han ido, no eran consultas ni menos, algunas dudas en fin.
    Buen comienzo de semana Dr y ah por muchos más artículos.
    Evamanzanaroja
    A todos nos gusta que nos lean.
    Un Saludo

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    1. Diríjase a los proveedores, yo soy anestesiólogo y terapeuta del dolor, empleo estos aparatos pero no los represento ni los recomiendo porque no soy comercial de dichas marcas ni creo que deba condicionar su decisión. Gracias por su valoracion de mi artículo.

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  2. Hola, a mi se me realizó una RF continua por padecer Neuralgia del trigemino postherpetica y el resultado ha sido nefasto. Padezco todas las complicaciones que ponen en los libros y llevo un año de calvario indescriptible para mi y mi familia. Y ahora soy candidata a un electroestimulador cortical. Me da pánico solo pensarlo

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    1. Estimada lectora, perdone que haya tardado tanto, pero recibo centenares de comentarios y cuesta un esfuerzo adicional enorme tratar de dar respuesta. Yo no puedo responder por el 100% de los caos tratados por otros colegas y tampoco quiero emplear mi blog como autopromoción o autobombo. Ignoro desde dónde me escribe y si posee o no seguro privado. Sí así fuera y vd lo deseara le comninaría a pedir cita y visitarme en mi consulta de Dolor del Hospital Sur de Alcorcón, Madrid (Grupo Quironsalud) para evaluar su caso. Ya le anticipo que no hay magia ni quimeras. Hay dolores que no se quitan jamás, pero le aseguro que no le voy a vender humo. Un saludo cordial.

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