Mientras los estragos de la pandemia siguen azotándonos sin piedad, mientras los profesionales sanitarios nos batimos el cobre contra el virus y mientras nuestros seres queridos enferman y mueren, por todas partes surgen infinidad de interrogantes.

Rocroi, el último tercio, por Augusto Ferrer-Dalmau.jpg

¿De dónde venimos y a dónde vamos?, pregunta universal que ahora nos hacemos más que nunca, ¿quiénes son los nuestros?, ¿por qué vale la pena vivir o morir?

La batalla sin igual contra este mal universal desgraciadamente se sigue afrontando sin la unión imprescindible de todos. Las fuerzas del bien flaquean en parte por su descoordinación, por el egoísmo, el afán de protagonismo o la falta de solidaridad de algunos, frente al arrojo, la entrega y empatía de otros, la mayoría.

Un posible vertido causa la muerte de miles de peces en el Guadiana

Colectivos, países, profesionales, defienden su pequeña parcela de protagonismo de una forma mezquina e injusta mientras las riadas de afectados y muertos flotan en las playas de Europa con permiso de Nietzsche.

Tras el leve confinamiento de unos días con medidas escasamente restrictivas, hemos pasado a la cuarentena, más estricta y cercana a los 40 días clásicos, como los del diluvio, el tránsito del Mesías por el desierto o la cuaresma cristiana, un número simbólico y ancestral de la pervivencia de patologías pasadas.

Familia Unida: Union

En este periodo, hombres, mujeres y niños, tratamos de mantener la determinación en el esfuerzo y la esperanza de que “al amanecer del día siguiente a esta crisis” acudan las fuerzas del bien al rescate para consolarnos tras la tragedia.

Después vendrá la convalecencia, como en otras enfermedades. Aclaremos que el periodo de curación no es solo el que se produce tras la aparición de los síntomas o la aplicación de las medidas terapéuticas, ni siquiera durante la posible intervención médica o quirúrgica necesaria. La curación precisara una convalecencia con síntomas en remisión, riesgo de recaídas y un periodo de reacondicionamiento y adaptación a la situación resultante.

Fractura distal del radio - Onmeda.es

Cuando se produce una fractura es necesario alinear los extremos e inmovilizarlos durante un periodo aproximado de seis semanas, 40 días (¡casualidad!), tras lo cual el hueso suele quedar unido, pero para recuperar la musculatura y la función completa se necesita un periodo muchas veces dos o tres veces mayor y, a veces de una limitación permanente de la capacidad.

Así pues, nos queda un amplio periodo de esfuerzo y revisión para integrar la experiencia y utilizarla en crisis venideras.

Una última puntualización, la recuperación física necesitara de una recuperación psicológica y social, el miedo al contagio, a la proximidad, puede marcar nuestra sociedad en el futuro. Debemos recordar el ejemplo de abnegación y sacrificio de nuestros mayores, aquellos que se pelearon y después intentaron perdonarse, los que trabajaron para darnos educación, sanidad y libertad y los que hemos visto morir entre nuestras manos en estos días.

Una torre de un edificio

Descripción generada automáticamente

Ellas y ellos merecen un homenaje como alegoría a su entrega, coraje y resistencia frente a este virus mortal, igual que lo merecieron las víctimas de la peste negra de 1679 en Viena (Austria).

Desde el recuerdo emocionado hacia las víctimas y sus seres queridos, quiero enviar un fuerte abrazo cargado de afecto, solidaridad y comprensión a enfermos, familiares, profesionales y ciudadanos de todas las clases y condiciones. Aún nos queda mucho por hacer, pero juntos estaremos más cerca de la victoria final.

Publicado por Dr. Alfonso Vidal

Director de las Unidades del Dolor del Hospital LA LUZ (Madrid) y del Hospital SUR (Alcorcón, Madrid). Grupo QUIRÓNSALUD Profesor de Dolor en la Univ. Complutense Madrileña

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3 comentarios

  1. Para vivir conforme al nietzcheano «eterno retorno de lo mismo» basta el estoico «substine, abstine» -abstente, detente- o moderado ocuparse de lo imprescindible. Tal vez sea útil la fortaleza platónica: entrenarse en ser dueño de uno mismo (Gorgias in fine), dejar que cada estímulo recibido tenga su respuesta (eso es la buena educación: «umbrío por la pena, casi bruno» de Miguel Hernández), y cultivar la fortaleza: serenidad -no estoicismo- ante lo que no se puede cambiar y valentía para seguir poniendo medios, distribuidos en solidaridad, investigación y la terapia que es posible. Conservamos, como mínimo, nuestra libertad interior: más o menos cultivada. El training físico junto al training de la voluntad. 🙂

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  2. Salir del temperamento anancástico…, puede ayudar el reducto de libertad: mi decisión ante lo -temporalmente- inevitable. Dentro de ella, omitir -en simultáneo- la duda hamletiana. Y ayudar. En la Facultad de Educación UCM hay 600 estudiantes ocupándose de niños de primaria, adolescentes de secundaria y pre universitarios de «selectividad». Los 24 coordinadores de campus virtual nos reunimos cada dos días. De presencial a «on line». 100 mails de profesores con dudas cada dos horas. Es cierto: fallecen profesores y sus familias… Los de Biológicas, los laboratorios de UCM que hacen test recibidos de residencias de ancianos, los voluntarios de Informática dispuestos a diseñar software… No sé… quizás a pesar de «Ananké» -personificación de la inevitabilidad, la necesidad, la compulsión y la ineludibilidad- los chavales pueden tener razón y en su jerga: «el futuro te lo montas tú». No como dios del Olimpo sino como humano vulnerable. En ese futuro que ya no es lo que era… todavía es posible un sentido vinculado a la opción personal y a la alteridad.

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  3. Corrección:
    Salir del temperamento anancástico…, puede ayudar el reducto de libertad: mi decisión ante lo -temporalmente- inevitable. Dentro de ella, omitir -en simultáneo- la duda hamletiana. Y ayudar. Es cierto: fallecen profesores y sus familias… Pero…en la Facultad de Educación UCM hay 600 estudiantes ocupándose de niños de primaria, adolescentes de secundaria y pre universitarios de “selectividad”. Los 24 coordinadores de campus virtual nos reunimos cada dos días. De presencial a “on line” con 6000 profesores y 80.000 estudiantes. 100 mails de profesores con dudas cada dos horas. Los de Biológicas, los laboratorios de UCM que hacen test recibidos de residencias de ancianos, los voluntarios de Informática dispuestos a diseñar software… Las aportaciones de alumnos (ellos son los «nuevos»): un tanatorio virtual que acoge el duelo y a las familias; tratamiento de fisioterapia en casa post UCI; los de ADE aglutinando hosteleros para enviar comida a sanitarios -Food for heroes-; guantes de silicona con lámina adhesiva que al retirarla libere alcohol; jóvenes que comparten redes con ancianos… No sé… quizás a pesar de “Ananké” -personificación de la inevitabilidad, la necesidad, la compulsión y la ineludibilidad- los chavales pueden tener razón y en su jerga: “el futuro te lo montas tú”. No como dios del Olimpo sino como humano vulnerable. En ese futuro que ya no es lo que era… todavía es posible un sentido vinculado a la opción personal y a la alteridad.

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